Fue un día en que yo no te esperaba. Y entraste, sin que yo te lo pidiera, en mi corazón, como un desconocido cualquiera, ; y pusiste tu sello de eternidad en los instantes fugaces de mi vida.
Y hoy los encuentro por azar, desparramados en el polvo, con tu sello, entre el recuerdo de las alegrías y los pesares de mis anónimos días olvidados.
son los mismos que resuenan ahora de estrella en estrella.
Y hoy los encuentro por azar, desparramados en el polvo, con tu sello, entre el recuerdo de las alegrías y los pesares de mis anónimos días olvidados.
son los mismos que resuenan ahora de estrella en estrella.
R.Tagore