La paz que ha de
hallarse dentro de uno se encuentra en el mismo lugar en el que se ubican la
agitación y el sufrimiento. No ha de
hallarse en el bosque ni en la cima de la colina, ni es otorgada por un
maestro. Donde usted experimenta sufrimiento puede encontrar la emancipación
del sufrimiento. En realidad, tratar de escapar del sufrimiento es, de hecho,
correr hacia él.