El viaje espiritual es un viaje de transformación constante.
Para crecer, debemos renunciar a la lucha por seguir igual y aprender a aceptar de buen grado el cambio en todo momento.
Una de las áreas más importantes que ha de cambiar es nuestra manera de resolver nuestros problemas personales.
La verdadera transformación empieza cuando abrazas tus problemas y los conviertes en agentes de tu crecimiento.