Perdonar
no es olvidar.
Incluso
es mejor que no olvides nunca las lecciones aprendidas.
Cuando
aparece el perdón de forma natural es porque has conseguido comprender, o
porque conseguiste ponerte en el lugar del otro, e incluso agradecerle lo que
hizo, porque aprendiste y ascendiste.
El
que te hirió, fue un agresor, incluso fue ignorante, pero fue también tu
maestro.